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La comodidad que necesitas para que viajen nuestros gatos tranquilos y seguros en los desplazamientos.
Las aerolíneas que permiten que los gatos viajen en sus vuelos, ofrecen esta posibilidad por un importe no demasiado elevado, siempre y cuando el transportín esté homologado y cumpla los requisitos de tamaño establecidos por cada compañía.
Lo ideal es que tu gato pueda viajar contigo en cabina, dentro de su transportín, justo debajo de tu asiento delantero. Es importante que tengas en cuenta que existe un límite de mascotas que pueden viajar en cabina, por lo que te aconsejamos que reserves el vuelo con semanas de antelación. Es conveniente que evites que viaje en la bodega de carga ya que puede convertirse en una experiencia muy estresante.
Cada aerolínea tiene políticas diferentes respecto al transporte de mascotas.
Los transportines están hechos de materiales resistentes y están diseñados pensando en la comodidad de los gatos. También puedes poner dentro del transportín una manta y un juguete para que se sienta más agusto. Es conveniente llevar cuencos para comida y agua en el equipaje de mano.
Aunque los gatos suelen ser poco amantes de los cambios de ubicación y los trayectos, si has decidido que tu compañero felino viaje contigo, debes planificar el desplazamiento con antelación, y asegurarte de que tu gato vivirá la experiencia con el menor nivel de estrés posible.
El mejor transportín de gatos para tus necesidades dependerá de tu estilo de vida y del tipo de gato que tengas. El tamaño correcto del transportín para tu gato es importante porque determinará cuánto espacio necesita para ponerse de pie, sentarse y tumbarse con comodidad.
Procura que el transportín sea fácil de limpiar, y que contenga una asa o correa fuerte que te permita transportar a tu gato con seguridad y facilidad, sin dañar tus hombros o espalda.
Los transportines de gatos han sido parte de la cultura india desde la antigüedad. El primer transportador de gatos se hizo con la piel de un tigre y fue utilizado por el maharajá de Patiala en el siglo XIX.
En India, los gatos se consideran sagrados y son venerados como miembros de la familia. Los tratan con gran respeto, especialmente en las zonas rurales, donde juegan un papel importante ayudando a los agricultores a proteger sus cultivos de pájaros y roedores.
